Constantino promulgó en el año 321 la primera ley dominical, que mandaba que todos se abstuvieran de trabajar en día domingo:
Si bien ya hacía más de siglo y medio que buena parte de los cristianos de Occidente observaban el domingo, esta ley no hacía necesariamente del domingo un día santo cristiano. Más bien era otro indicio del gran afán de lograr unidad en el imperio.
Los adoradores del sol y de Mitra también respetaban el día domingo. Por esto, la gran mayoría de los ciudadanos de Roma podía fácilmente ponerse de acuerdo en un día común de descanso.
Lea nuevamente desde el posteo 11.01: "El Dia de Reposo" hasta el posteo 11.07 "Días de Ayuno".