EL DIOS QUE YO CONOZCO

En el juicio final,

los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.

29.03. Reavivamiento en Inglaterra - los metodistas

Después de la Revolución gloriosa de 1688-1689 eran deplorables las condiciones morales y religiosas de Inglaterra.

La Iglesia Anglicana, como la Iglesia Luterana, se había vuelto completamente formal en su culto y dogmática en su enseñanza. Era incapaz de elevar la visión de la gente o de ministrar a sus necesidades espirituales.

Se necesitaba con urgencia un despertar, el cual comenzó en 1729, cuando unos pocos estudiantes de la Universidad de Oxford formaron un círculo religioso. Se los llamó despectivamente "metodistas" y a veces "el club santo" porque seguían un modelo metódico de vida, lo que incluía períodos regulares de ayuno, comunión semanal y oración en períodos señalados.

Juan Wesley (1703-1791), el líder del metodismo, siendo joven se relacionó con los moravos. Como sacerdote de la Iglesia Anglicana era sumamente cuidadoso en el cumplimiento de sus deberes religiosos y revelaba una enorme capacidad para el trabajo. En 1735 fue como misionero a Norteamérica para convertir a los indios.

Cuando llegó a Georgia se encontró con un moravo, quien de buenas a primeras le preguntó si conocía a Jesucristo. A pesar de esa recepción inesperada, que lo resintió al principio, Wesley predicó ante grandes auditorios en Norteamérica; pero estaba dolorosamente consciente de que él mismo todavía no era un cristiano convertido.

Cuando regresó a Londres en 1738 disfrutó de su famosa y profunda experiencia religiosa.

Mientras estaba en una reunión de los moravos, escuchó a un laico que leía el prefacio de la Epístola a los Romanos escrito por Martín Lutero, y sintió su corazón "extrañamente encendido", episodio que con frecuencia es considerado como la conversión de Wesley. Esa conversión evangélica, descrita en su propio diario, ocurrió el 24 de mayo de 1738.

Cuando la IglesiaAnglicana le negó sus púlpitos a Wesley y a sus principales colaboradores especialmente a Jorge Whitefield, los metodistas comenzaron a predicar al aire libre, y después de 1739 se ocuparon de evangelismo popular. Organizaron a sus numerosos seguidores en una comunidad religiosa dividida en parroquias o "clases", encabezadas por pastores conservadores, a quienes se les pedía que se "trasladaran" cada tres años.

Wesley desplegó un talento excepcional como organizador y promotor. Teológicamente era arminiano, y por lo tanto se oponía al predestinacionismo determinista. Sus temas favoritos eran la perfección cristiana y la santidad.

El metodismo cambió mucho el frío clima religioso de Inglaterra y trajo nueva vida y acción a la Iglesia Anglicana. También dio lugar a otros acontecimientos como la fundación de la Sociedad Misionera de Londres en 1795, la Sociedad Misionera de la Iglesia en 1799, la Sociedad de Tratados Religiosos en 1799 y la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera en 1804.

El metodismo también tuvo influencia política y económica. La abolición de la esclavitud de los negros en las colonias británicas decretada por el parlamento en 1833 principalmente fue obra de Guillermo Wilberforce, quien recibió la poderosa influencia de los metodistas. Sin duda sería difícil precisar los efectos plenos de la predicación de Juan Wesley.