EL DIOS QUE YO CONOZCO

En el juicio final,

los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.

12.05. Gnósticos - II

El Antiguo Testamento habla de conocer a Dios:

"Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová" (Jer. 9:23-24),

No se trata de un conocimiento especulativo, sino más bien de un trato con Dios que resulta de aceptar por fe lo que él revela acerca de sí mismo.

El Nuevo Testamento también se refiere a una "gnosis" espiritual o "conocimiento", pero que no es una filosofía abstracta. En primer lugar es algo práctico: un conocimiento espiritual de Dios, basado en sus propias revelaciones y que actúa en las experiencias de los cristianos.

"Conocer" podría tomarse como el tema del Evangelio de Juan. El apóstol destaca el conocimiento de Dios y registra la afirmación de Jesús de que conocer a Dios y a su Hijo es tener vida eterna (Juan 17:3).

Juan destaca la realidad de Jesús y el gozo de tener comunión en el conocimiento de él, en términos de ver en realidad al Señor y de tocarlo (1 Juan 1:1-7).

Para Pablo, conocer a Cristo es un simple hecho experimental al alcance de todos. Pero también hay una sabiduría más profunda al alcance del cristiano maduro y "perfecto", que a su vez se transforma en perfección.

"Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria" (1 Cor. 2:6-8).

Hay una "palabra de sabiduría" un don del Espíritu acerca del cual habla Pablo (1 Cor. 12:8).

Por ejemplo, el concilio de Jerusalén había dispuesto que los cristianos de origen gentil debían evitar todo contacto con los ídolos, y que aun debían abstenerse de alimentos ofrecidos a éstos. Pablo hace notar que los que tienen un conocimiento maduro comprenderán que los dioses paganos son espíritus de demonios y que los ídolos que se hacían para representarlos no eran nada. Por lo tanto, no tiene trascendencia alguna si un alimento ha sido ofrecido a los ídolos o no, y podría comerse ese alimento a no ser que talacción afectara la conciencia del escrupuloso (1 Cor. 8).