Un poco antes del año 200 d. C., Ireneo, dirigente de la iglesia en las Galias, elaboró una teoría bien definida del episcopado.
La presenta en su tratado Contra herejías (libro iii).
Su tesis es que los apóstoles transmitieron la verdadera enseñanza cristiana a los obispos, a quienes se daba por sentado que eran sucesores de aquéllos.
Sostiene que los obispos de las iglesias fundadas por los apóstoles fueron los que conservaron la tradición sagrada.
En esta tesis está el comienzo de la teoría de la sucesión apostólica.
EL DIOS QUE YO CONOZCO
En el juicio final,
los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.