EL DIOS QUE YO CONOZCO

En el juicio final,

los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.

8.06. LA DIDACHÊ η διδαχη

TESTIMONIOS CONTEMPORÁNEOS
Suponiendo que fueran verdaderas estas afirmaciones tomadas de los documentos de Ignacio, nos hacen llegar a la conclusión de que el episcopado en Antioquía había evolucionado hasta transformarse en una autoridad monárquica antes de la muerte de Ignacio; pero dichas afirmaciones no pueden ser tomadas tan seriamente por una razón: otros documentos de esa época, procedentes de la misma región, no presentan el ensalzamiento del episcopado que destacan las epístolas de Ignacio.

Por ejemplo, la "Doctrina de los doce apóstoles" (Didachê διδαχη), un documento correspondiente a algún momento del siglo II, no presenta un encumbramiento tal de los obispos. Este documento no es apostólico; su autor es desconocido. Como generalmente se concuerda en que sus antecedentes son sirios, proviene del mismo ambiente y de las mismas condiciones de las supuestas cartas de Ignacio.

En la Didachê sólo se dice del episcopado: "Elegíos, pues, obispos y diáconos dignos del Señor... No los menospreciéis, porque ellos son venerables entre vosotros, junto con los profetas y doctores" (Didachê 15). Los obispos no se clasifican aquí por encima de quienes poseen dones espirituales.

Por ese mismo tiempo Clemente Romano, como también Ireneo de Lyon unos noventa años más tarde, declaran que los dirigentes de la iglesia de Roma aún eran llamados "presbíteros" en el tiempo en que Ignacio fue martirizado y hasta setenta años después.

Por lo tanto, o el obispo, como lo presenta Ignacio, es la creación de una mano posterior, o los varones de Antioquía guiados en forma especial por el Espíritu Santo estaban perdiendo muy rápidamente su liderazgo y su lugar estaba siendo ocupado por dirigentes elegidos en forma eclesiástica, y se estaba constituyendo un episcopado fuerte con una rapidez sumamente notable.