EL DIOS QUE YO CONOZCO

En el juicio final,

los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.

5.04. EL EVANGELIO A LOS GENTILES

Por este tiempo el Espíritu Santo estaba haciendo que sucediera algo más en Antioquía de Siria. Durante la persecución que se desató cuando Esteban fue martirizado, algunos de los creyentes llegaron a Fenicia y Antioquía de Siria, y aun hasta la isla de Chipre; pero habían proclamado el Evangelio sólo a los judíos. Sin embargo, cuando algunos de los conversos de Chipre y Cirene llegaron a Antioquía, no restringieron su predicación a los judíos sino que anunciaron también el Evangelio a los griegos. Esa misión fue muy bendecida, y muchos creyeron (Hech. 11:19-21).
Esto es digno de destacarse. Por primera vez, gentiles que no habían sido alcanzados de alguna manera por la religión de los judíos, aceptaron el mensaje de Cristo el Señor. El etíope con quien se encontró Felipe, había estado en Jerusalén rindiendo culto con los judíos, y Cornelio ya era "temeroso de Dios"; pero ahora entraron en la iglesia cristiana griegos de Antioquía, sin ninguna relación previa con la religión de las Escrituras. Y los que creían en Cristo fueron llamados "cristianos por primera vez en Antioquía" (Hech. 11:26).
Cuando los hermanos de Jerusalén supieron de este notable progreso, enviaron a Bernabé, natural de Chipre, para que viera lo que estaba sucediendo. Bernabé se gozó con lo que encontró en Antioquía, y después de un tiempo se fue a Tarso en busca de Pablo. Lo llevó a Antioquía, y ambos estuvieron allí durante un año, enseñando a los conversos y procurando ganar a otros. Fueron excelentes los resultados de esta campaña de evangelización.