Pablo quizá fue detenido nuevamente en Troas, llevado a Roma y, de acuerdo con la leyenda, encarcelado en la mazmorra Mamertina, cerca del Foro Romano.
En algún momento entre los años 66-68 d. C. fue martirizado.
Lucas, y tal vez Timoteo y Marcos, parecen haber sido sus únicos compañeros de trabajo en esas últimas lóbregas horas (2 Tim. 4: 11).
EL DIOS QUE YO CONOZCO
En el juicio final,
los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.