Para ese tiempo los cristianos habían crecido en popularidad y aumentado extraordinariamente en número.
Este aumento continuó en los años de relativa paz que siguieron a la persecución del tiempo de Valeriano, paz que terminó con la severa persecución desatada por Diocleciano y Galerio, la que comenzó en el año 303 d. C. y continuó durante diez años.
Esta persecución señaló otro cambio de política, en el sentido de que representó un intento de completo exterminio. Fue un caso de guerra entre acerbos enemigos. En esa guerra perdió el imperio pagano.
EL DIOS QUE YO CONOZCO
En el juicio final,
los hombres no serán condenados porque creyeron concienzudamente una mentira, sino porque no creyeron la verdad, porque descuidaron la oportunidad de aprender la verdad. No obstante los sofismas con que Satanás trata de establecer lo contrario, siempre es desastroso desobedecer a Dios. Debemos aplicar nuestros corazones a buscar la verdad. Todas las lecciones que Dios mandó registrar en su Palabra son para nuestra advertencia e instrucción. Fueron escritas para salvarnos del engaño. El descuidarlas nos traerá la ruina. Podemos estar seguros de que todo lo que contradiga la Palabra de Dios procede de Satanás.